The way I see it

Últimamente me estoy poniendo bastante al día en filmografía de temática gay. Me bajo las películas de blogs que las cuelgan como descarga directa. (Ésta y ésta). El otro día vi Bent.

Así resumida se podría decir que es una historia de amor homosexual en un campo de concentración nazi. Con eso os lo digo todo: un dramón (como la mayoría de pelis gays, pero eso merece un post a parte, ¿por qué son la mayoría unos dramones?) Sin embargo, obviamente provocó en mí muchos sentimientos y me dio mucho en lo que pensar.

Por una parte me dio miedo pensar que una situación así se puede repetir en un futuro. Que te hagan sufrir tanto psicológica y físicamente por ser cómo eres y sentir lo que sientes. Luego recordé que ese futuro es un presente para algunas personas que actualmente están pasando por situaciones parecidas o incluso peores en partes del mundo mucho menos afortunadas que la nuestra. Entonces me sentí culpable (y dale con el sentimiento de culpabilidad religioso). Culpable por ignorar ese dolor de manera consciente y culpable por no hacer nada por ayudar, y culpable por saber que voy a volver a ignorarlo para dejar de sentirme culpable.

De todas maneras también decidí que haberlo pasado tan mal viendo esa película tenía que servir para algo. El miedo que me dio poder estar en la situación de los protagonistas me sirvió para recordarme que hay que aprovechar los momentos de felicidad y bienestar al máximo y no darle importancia a problemas que realmente no la tienen. Hay que saber relativizar y darle a los problemas la importancia que tienen. Eso, aunque parezca que no, o al menos a mí me cuesta, quizás porque nunca he tenido verdaderos problemas (gracias a quien corresponda).

Después, no se porqué, me vino a la cabeza una cita que venía escrita en una taza del Starbucks, dentro de la campaña The Way I see it. Decía así:

“The world is smaller than you think, and the peolple on it are more beautiful than you think” (Bertram Munster)

Entonces en mi cerebro colisionaron ambos pensamientos y lo vi claro: Muchas veces desaprovechamos el tiempo con las cuestiones más importantes, sobre todo con las personas.

En nuestro día a día conocemos a gente muy interesante y especial, pero no nos damos cuenta de esto porque no nos paramos a conocerlos de verdad. Y como dice el zorro en mi biblia personal, El Principito, ‘sólo se conocen bien las cosas que se domestican’. Y para domesticar a alguien, para crear vínculos con esa persona, hace falta dedicar tiempo. Tiempo que últimamente parece que no tenemos. Por los estudios, trabajo, familia, porque también hace falta reforzar los vínculos con personas que ya hemos domesticado, o que nos han domesticado a nosotros. Entonces, dejamos escapar a personas que podrían aportarnos muchas cosas, incluso, por qué no, amor.

¿Por qué? Quizás por pereza o por falta de tiempo o a veces incluso por absurdos miedos y complejos personales o sociales.

Pongamos que conocemos a un chico (o una chica, cada uno que se aplique el que más le guste) que nos parece interesante así de primeras. ¿Por qué pelotas no le podemos decir ‘oye, me has llamado la atención por alguna razón y me gustaría seguir conociéndote’?

Noooooo, a nadie se le ocurriría decir esto porque suena demasiado directo. Nos expone demasiado y podríamos quedar fatal. En vez de eso, preferimos iniciar unas estrategias la mar de complicadas y mecanismos de seducción contraproducentes del tipo ‘negación del afecto’ o tonterías similares. Por otra parte, con una pregunta o afirmación tan directa la otra persona probablemente se agobiaría en el acto y saldría corriendo, lo cual también me parece absurdo y me dan ganas de decir:

‘Perdona, bonito, te estoy diciendo que he visto algo en ti que me ha gustado y que me gustaría conocerte mejor. Conocerte y que me conozcas. Punto. No digo que me muera por tus huesos. No te estoy pidiendo matrimonio ni que seas el amor de mi vida. Simplemente que quedemos un par de veces a ver qué sacamos de esto. A lo mejor nos hacemos buenos amigos, lo mismo se queda en un ‘aquí te pillo aquí te cepillo’ porque ambos hemos tenido una tarde loca y el café del Starbucks se nos ha subido a la cabeza; lo mismo nos enamoramos o lo mismo no volvemos a vernos en la vida. Pero ¿por qué no intentarlo?’

Pero no, somos tan pavos/as que nos complicamos el poco tiempo que tenemos haciendo los tontos, por miedo a quedar mal o yo que sé qué (se admiten ideas).

Pues yo ya me he cansado. Si me gusta alguien se lo voy a hacer saber (obviamente no de manera tan radical, no es plan de que conozca al desquiciado que llevo dentro a la primera de cambio, jejeje), y si se hace ideas raras en su cabeza, pues allá él. Que empiezo a conocer a alguien y me empieza con la tontería de negarme el afecto, pues se lo va a negar a su puta madre porque a mí no me marean, que, como dice la cita ‘en el mundo hay más gente especial de lo que pensamos’, y si alguien no se muestra receptivo, pues fuera (hombre, si vemos que la persona merece mucho la pena, pues ya estudiaremos si hacemos excepciones, jeje). Que yo idealizaré con mucha facilidad, pero como me toquen las narices, con la misma facilidad desidealizo.

…

Jajajajaja

Parece que me acaban de dar plantón o algo así de lo encendido que me he puesto, jejeje. Ni mucho menos, lo que pasa es que últimamente estoy siendo testigo directo e indirecto de este tipo de acontecimientos, así que me ha salido la vena más vehemente. Así que mis amigos, mis amigas y yo ya estamos hartos y hemos decidido crear la ‘Plataforma por la simplificación de las relaciones sociales’ jejeje. ¿Quién se apunta?

If you’re ready for me, boy, you’d better push the button and let me know before I get the wrong idea and go or you’re gonna miss the freak that I control. [Push the Button, Sugababes]

P.D: Sí, otra tarde de domingo, esta vez en casa ¿qué pasa? Jejeje.