23 enero 2008

Incoherencias

De camino a la universidad:
-A mí me preocupa mucho el cambio climático, siempre separo la basura y reciclo. Sí, claro, el ordenador se queda encendido toda la noche porque me estoy descargando cosas y no voy en bus porque odio el transporte urbano… el CO ¿qué?

En la cola de la farmacia:
-¿No me dijiste que se sospecha que ese laboratorio vende a África medicamentos para el sida por cinco veces su valor real? Ya… ya sé que te duele la cabeza, pero… bueno, tú verás.

En una cafetería:
-No, no quiero votar ni al PP ni al PSOE, así que no sé que hacer… ¿cómo voy a votar a ese partido?, sería tirar el voto…. Acabaré votando a uno de los dos porque se supone que es lo que se tiene que hacer.

En una tienda:
-Estoy totalmente en contra del uso de pieles animales para la ropa, pobres animalitos. ¿No me digas que también matan animalitos para probar los pintalabios y rimel? Pues no pienso salir de casa a cara lavada, ¿qué cojones te piensas?, ¿que puedo ir por la calle con el photoshop a modo de velo?

En el sofá:
-Daría mi vida por ti, pero no voy a cambiar de canal para ver tu programa favorito porque estoy viendo mi programa favorito.

Y así sucesivamente…
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[Hey There Delilah, Plan White]

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14 enero 2008

Ventajas e inconvenientes (prácticos) de ser gay

Hoy me apetece desvariar acerca de las ventajas y desventajas que conlleva ser gay (casi todas aplicables a nuestras amigas lesbianas, sin embargo, no puedo evitar que los ejemplos me salgan con chicos). Pero no me refiero a inconvenientes del tipo social como la discriminación, las enfermedades o la aceptación social o ventajas del tipo, se folla más o tu madre no te da la brasa con el tema de la boda. Me refiero a cosas más prácticas, más del día a día.

Por ejemplo, un pequeño inconveniente podría ser estar con alguien que se llama como tú (no os riáis tan fuerte que no me concentro): Según muchos, hay una regla no escrita según la cual un gay no debe fijarse en alguien de su mismo nombre… (en el sentido estricto yo nunca he incumplido esa norma). Sin embargo, esto, que un principio puede sonar un poco absurdo, sirve para evitar futuros inconvenientes. Porque que tu chico se llame como tú es un poco… raro, cuanto menos.

Y es que, claro, cuando alguien te llama os giráis los dos (que sí, joer, que hablo desde la experiencia, para qué negarlo), y si vivís juntos y os llaman al teléfono tienen que decir el apellido y entonces la llamada queda como muy formal. Y ya ni te cuento si se tienen hijos, porque ya es bastante incómodo que el niño diga ‘papá’y se giren dos cabezas (¿nunca lo habéis pensado?), como para que encima el pobre crío no pueda utilizar el nombre de pila de los progenitores para especificar a cual de los dos papás se refiere. Un niño con padres de distinto nombre puede llamarlos diciendo: Papá Carlos y Papá Víctor, por ejemplo, pero si se llaman igual ¿qué dice para diferenciarlos? ¿Papá Pérez y papá Rodríguez? Y ya de paso que los llame ‘padre’ como antiguamente… aunque pensándolo bien, antes los niños respetaban más a los padres… sería por eso.

Luego también puede ser un poco raro en la cama. La gente a veces pronuncia (gime, susurra o chilla, allá cada cual con sus preferencias) el nombre de la persona con la que está retozando; eso puede llegar a excitar, pero si estás diciendo tu propio nombre es un poco… como si te haces una paja y te dices tu nombre a ti mismo. Incomoda. Pero uno siempre se puede inventar apelativos cariñosos o picantes para arreglar este supuesto. Podría dar ejemplos pero os conozco, así que paso.

Y eso si es un chico con el que tienes una relación más o menos superficial. Sin embargo, cuando estás con alguien que de verdad te gusta y por el que sientes cosas muy fuertes se añade otro problema; y es que tu nombre, deja de ser tu nombre para convertirse en su nombre. No sé si me explico. A casi todos nos pasa que cuando oímos nuestro nombre pensamos en nosotros mismos, pero cuando ese alguien especial se llama como tú… ya no piensas en ti, sino en él. Lo cual, pensándolo bien, es bonito y compensa los otros inconvenientes.

Por otra parte, ser gay también puede acarrear riesgos para la integridad física; sobre todo por la barba ajena: A muchos seguro que os pone la barbita de tres días, o una perilla mona (me consta que a más de uno de mis lectores le pone mucho, pero no voy a dar nombres que si no mañana más de uno se está dejando perilla), o directamente la barba. Mola, pero estaréis conmigo en que cuando llevas un buen rato morreándote (sí, admito que no es una palabra que suene muy bien, pero es el término que mejor refleja la acción a la que me refiero) con alguien con vello facial acabas con la cara, la nariz y la barbilla como si te hubieras restregado un papel de lija a modo de exfoliante facial. Luego la gente se pregunta cómo es que a los gays les gustan tanto las cremas hidratantes. No es porque seamos fashion (¿victims?) y estupendos de la muerte, ¡es por necesidad!

Por supuesto, ser gay también tiene sus ventajas como, por ejemplo, el intercambio de ropa: De adolescente me encantaban las escenas de las pelis tontas americanas en las que las hermanas se dejaban la ropa, por eso me he quejado siempre de que nunca he podido intercambiarme ropa con mi hermano. Entre otras cosas porque lo único que le podría pedir son chándals. Y es que normalmente el gusto en ropa de un hermano hetero, no es lo mismo que el de un hermano gay (y que un gay tenga un hermano gay ya es mucha casualidad, aunque hay casos, claro). Seguro que muchos gays también les ha pasado esto.

Puede que sea para quitarse esa espinita de la adolescencia por lo que los gays damos tanta importancia al estilo de vestir de nuestra pareja… ¡porque vemos una oportunidad para duplicar nuestro fondo de armario! Claro, que para eso habría que fijarse también en chicos con nuestra misma talla… ‘pues sí hombre, diréis muchos, no está la cosa lo suficientemente difícil con los tíos como para encima ponerse a exigir medidas, ni que esto fuera la pasarela Cibeles’ y tenéis razón. Pero si uno encuentra un chico con su misma talla tiene mucha más ropa donde elegir. No obstante, los que tienen esta suerte se vuelven más exigentes con la dieta de su pareja, porque como el novio engorde o adelgace la ropa nueva que se compre ya no le va a venir bien… entonces o le controla la comida o engorda y adelgaza a su ritmo.

Estoy desvariando. El caso es que aunque tu novio no tenga la misma talla que tú, o su ropa no sea exactamente tu estilo, siempre podréis intercambiar complementos tales como bufandas, calcetines o corbatas.

[Aclaración: No confundir el intercambio de ropa con vestir a conjunto. ¿Hay algo peor y más hortera que una pareja que viste a conjunto? Uhm… sí, que uno de los miembros de la pareja le elija la ropa al otro (una cosa es aconsejar y otra utilizar a tu novio a modo de Barbie).]

En el terreno del sexo también encontramos una de las grandes ventajas: Aquí probablemente me esté adentrando en uno de los lugares comunes más recurrentes de la lista de tópicos, pero dentro de cada tópico existe una base real. Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo tienen la ventaja de que, como ambas partes conocen perfectamente su propia anatomía, saben aplicar sus conocimientos para proporcionar mayor placer al otro. Dicho de otra manera: una adolescencia de pajas da mucha práctica, y aunque, como dijo el poeta ‘cada polla es un mundo’, el mecanismo es el mismo para todas. Además, lo que te gusta que te haga, probablemente al otro también le gustará.

Y ahora que no se me eche nadie encima porque seguro que hay mucho torpe por el mundo y/o tías con verdadera pericia a la hora de dar placer a un hombre, pero yo desvarío y exagero como quiero… ays, esta frase se parece sospechosamente a esa que yo tanto critico y que usan algunos blogueros con falta de argumentos inteligentes a la hora de defenderse ante las críticas (a saber: es mi blog y escribo lo que quiero), así que la retiro, jejeje.

Podría pensar en más ventajas e inconvenientes (prácticos) de ser gay, pero de momento tenéis bastante. Si se os ocurren más ideas no dudéis en hacérmelas llegar y puede (si estoy de humor) que haga una segunda parte.
¡Besos!

[Take me home, Sophie Ellis Bextor]

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08 enero 2008

Propósitos para el 2008

No pensaba hacerlos, porque luego uno los lee al final de año y se da cuenta de que no los ha podido cumplir todos, pero bueno, más que como propósitos este año me los voy a tomar como guías de actuación, que es lo mismo pero más light y sin frustraciones. Además, me lo han pasado en forma de meme con amenaza incluída, así que lo hago en parte para que no se me caiga el pelo, que yo aprecio mucho a mi cuero cabelludo. Ahí van:

  • En lo personal: Me propongo ser lo suficientemente maduro y fuerte para afrontar los retos que se me presentan este año que, intuyo, no van a ser pocos. Bueno, y ya que estoy un gran clásico en mi lista de todos los años: trabajar mi fuerza de voluntad.
  • En lo familiar: Diría que dedicarle más tiempo a mi familia, pero sé que cada vez es más complicado, así que me propongo que el tiempo que pase con ellos sea siempre bueno.
  • En la pareja: Uhm… este propósito me lo voy a reservar para mí mismo, que hemos quedado en que ya me he puesto lo suficientemente pastel por una temporada. Hasta San Valentín olvidaos de leer posts del corazón en este blog (en principio, jejeje).
  • En lo amistoso: Mantener y reforzar las amistades actuales es lo principal. Siempre estoy abierto a conocer gente nueva, pero es muy difícil tener una relación estrecha con mucha gente. Así que, como estoy muy contento con los amigos que tengo, me propongo mantenerlos a todos a mi lado.
  • En lo profesional: Encontrar un trabajo que, aunque no sea ‘de lo mío’, no me dé quebraderos de cabeza, me permita ahorrar el dinero que necesito para el siguiente propósito y me deje al menos un par de fines de semana libres al mes. Se admiten sugerencias y ofertas de empleo.
  • En lo académico: Elegir un máster que me guste… y obviamente hacerlo, claro, jejeje.
  • En lo deportivo: Seguir yendo al gym, al menos al ritmo al que iba en noviembre y ponerme buenorro, o al menos conseguir un par de onzas para mi tableta de chocolate.
  • En lo bloguero: Escribir sólo posts de calidad… bueno, este siempre lo cumplo bastante bien, ¿verdad? (Al que me contradiga le elimino el comentario :P). También me propongo llevarme bien con todos mis compañeros blogueros y no criticar ni reírme a carcajadas de los posts ajenos… no, esto último no que es muy divertido, pero lo matizo… hacerlo sin maldad.
  • En lo literario: Leer muchos libros y al menos que un 30% de ellos sean grandes clásicos, que eso da mucho caché.
  • En lo sexual: Vamos a darle el toque picante a esta lista. Conseguir completar todas las posturas del Kama-Sutra gay e inventar otras nuevas… que nooo, que es broma, me conformo con realizar el 50%, si no, ¿que me queda para otros años? :P
Bueno, a ver qué tal se me da este año. ¡Deseadme suerte! Besos

[Hold your Hand, BSO Across the Universe]

Oh yeah, I'll tell you something,
I think you'll understand.
When I'll say that something
I want to hold your hand

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03 enero 2008

Una reflexión sobre el armario

He repasado mis últimos posts y he decidido que ya toca ponerse un poco frívolo de nuevo. No quiero que mi blog se convierta en el típico de niño feliz y contento, que todo lo ve de manera positiva-arco-iris-plastelina (interiormente seguiré así si me lo permitís, jejeje). Que esos blogs me dan mucha grima; podría poner ejemplos varios pero no me parece bonito empezar el 2008 polemizando. Así que voy a hacer una de mis reflexiones tontas aprovechando una pequeña anécdota de mi Nochevieja.

Cuando llegué al lugar donde se celebraba mi cena de Nochevieja, una amiga me pidió que le hiciera unas trenzas. Se debió pensar que todos los gays estamos genéticamente preparados para realizar todo tipo de peinados, maquillajes y arreglos florales. Entre eso y ponerme a freír pechugas, preferí atreverme a hacerle las trenzas a la chica. Trenzas que finalmente tuvieron que ser retocadas por manos más expertas ante la decepción de mi amiga, que vio cómo uno de sus arquetipos favoritos caía destruido; todo por culpa de una sociedad que nunca me permitió tener Barbies con las que ensayar. A lo que iba, que me pierdo. Esta chica me presentó a un amigo suyo; hecho al que no di importancia hasta que, una vez en el aseo y cepillo en mano, me dijo:

-Oye, que el chico éste, es gay, pero haz como si no te hubiera dicho nada porque no quiere que nadie lo sepa.

Yo, que había dado por hecho que el chico entendía más que Einstein una fórmula física, no pude reprimir un comentario sarcástico:

-Pues si no quiere que nadie sepa que es gay, ¿por qué pelotas se pone un cinturón de D&G con una hebilla que le llega al ombligo?

Son cosas que no tienen mucho sentido. Porque a mí me parece muy bien que alguien esté en el armario de manera parcial o total si no se siente preparado para enfrentarse a la sociedad o a sí mismo… pero coño, que no se pongan un neón en la puerta del armario que diga ‘Estoy aquí dentro’… o que se pongan el neón si les apetece, pero que luego no te miren indignados cuando das por hecho que son gays sin que nadie te lo haya contado. En fin, allá cada cual con su vida.

Luego me quedé pensado en mi propia reflexión y me di cuenta de que fui un poco injusto, porque claro, ahora uno va de liberado por la vida, pero todos tenemos un pasado. Y es que a veces tenemos muy mala memoria para depende qué cosas y se nos da muy bien seleccionar recuerdos. Pero si hay algo que me caracteriza, aparte de mi elegancia interior, por supuesto, es la objetividad que tengo conmigo mismo y la plena conciencia de mis procesos mentales y emocionales (por dior, cómo estoy hoy de subidito).

Porque claro, la mayoría de nosotros hemos tenido las fases normales de la desarmarización, a saber:

Fase 1 o el armario cerrado a cal y canto: ‘Madre mía, que soy gay, por favor que no se entere nadie (ni siquiera al que le estoy comiendo la polla)’

Fase 2 o voy a asomarme a ver qué se entrevé desde el armario: ‘A ver qué pasa si se lo cuento SÓLO a esta amiga’

Fase 3 o voy a dejar la puerta del armario entreabierta para que les sea más fácil entrar a mis ligues
: ‘Vale, soy gay, no pasa nada, pero cuanta menos gente lo sepa mejor’

Fase 4 o abro la puerta pero me quedo dentro: ‘No lo cuento pero tampoco miento si me preguntan’

Fase 5 o salgo fuera del armario pero no me alejo mucho no sea que lo vuelva a necesitar: ‘Hablo de ello tranquilamente salvo en determinados contextos’

Fase 6 o cada vez veo el armario más lejos: ‘Normalizo mi situación porque me siento seguro de mí mismo y a quién no le guste que no mire’

Fase 7 o le prendo fuego al armario y que sea lo que Dios quiera: ‘Yo soy así y así seguiré nunca cambiaréeeeeee’

No, niños y niñas, no confundamos la última fase con eso que hacen algunos gays y lesbianas de presentarse diciendo: ‘Hola, me llamo tal y soy gay/lesbiana, así que si no te gusta vete a la mierda’ Noooooo, tampoco es cuestión de eso. Me refiero simplemente al hecho de llevar ese aspecto como cualquier otro aspecto importante de nuestra vida. Porque aquí viene otra cuestión, quien diga que ser gay es simplemente una parte más de su vida miente. Ser gay es una parte más de la vida, pero una de las partes importantes y de las que la condicionan en gran medida.

Ay, que me he olvidado del pobre chico de Nochevieja, es que me pongo a divagar y no paro. Pues eso, que el chico este por lo visto está en la Fase 3. Y con 19 años que tendría es normal estar en esa fase. Otra cosa sería que estuviera en la Fase 3 con 40, ahí tendríamos un problema, pero bueno, ya evolucionará como todos hemos hecho o estamos haciendo, y no por eso ha de ser motivo de mofa… pero, claro, es que a mí la posibilidad de hacer un comentario sarcástico me puede, ¡lo siento!

[Parte extra del post (nada que ver con lo anterior, así que quien esté cansado no es necesario que siga, jejeje)]

Y ya que estamos hablando de comentarios sarcásticos voy a relatar otra pequeña anécdota de la noche.

Estábamos cenando como 20 personas en una mesa cuando una amiga exclama: ¡Pau es el más guapo de todos los chicos!’ (y que conste que esto no lo cuento para subirme la autoestima, no que va) Y salta la novia actual de ex novio de la chica que había realizado tan acertada afirmación: ‘¡De eso nada, el más guapo es mi novio!’

Al rato estoy en la cocina y me viene la tipa del novio y me suelta desde la parte alta de sus tetas, que le llegaban al cuello:
-Pues para mí tú no eres el más guapo.
A ver, mona, ¿te he preguntado? ¿Pues a santo de qué vienes a decirme esto?, ¿te digo yo lo que opino de tu modelito o de tu corte de pelo intento más que fallido del estilo Cleopatra?, ¿a que no? Pues luego no te quejes si te suelto lo que te solté:
-Es que no todo el mundo puede tener buen gusto.
La chica se quedó callada, intentando pedir ayuda a sus neuronas, que, entre el vino y el tinte, no se encontraban en su mejor momento. A los diez segundos dijo muy poco convencida:
-Pero no todo el mundo puede ser tan inteligente como yo.
-Afortunadamente –le contesté.
Y de dio la vuelta toda digna sin captar la ironía.

Dedico mis comentarios irónicos al maestro PaperBoat

¡Y ya que estoy animado voy a poner una canción muy chula! ;)

You and I Both, Jason Mraz

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